Elfos, cuero y tanques en Madrid. Twilight Force, Accept y Sabaton, referentes del metal europeo en Madrid

 

Crítica
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Elfos, cuero y tanques en Madrid

Twilight Force, Accept y Sabaton, referentes del metal europeo en Madrid

Twilight Force, Accept y Sabaton, referentes del metal europeo en Madrid

El pasado sábado 21 de enero, una de las bandas más importantes en la música heavy actual, Sabaton, dio su concierto en el Palacio de los Deportes de Madrid (y sí, para nosotros se va a llamar siempre Palacio de los Deportes y punto, igual que en el caso de Vodafone Sol) en una gira en la que presentan su último disco, The Last Stand, que arrastraba polémica desde el momento en que se anunció.

Dicha polémica se debe a los teloneros escogidos por Sabaton: ni más ni menos que los ya experimentados Accept. Para los trve heavys que han crecido con bandas como Accept, Saxon o Iron Maiden, este hecho es lo más parecido a una blasfemia. ¿Cómo una banda joven como Sabaton va a estar en un cartel por encima de una agrupación tan legendaria como Accept?

Partamos del hecho de que fueron los propios Accept los que se ofrecieron a aparecer como teloneros de los suecos. Quizá deberíamos empezar a acceptar que las viejas bandas pasen el relevo a las nuevas.

Antes de la aparición de Accept, la noche la abrían los suecos Twilight Force, una joven formación de power metal épico con temática fantástica ambientada en los clásicos juegos de rol. Tanto es así que acompañaban su música con unas vestimentas y una puesta en escena que parecía sacada de Dragones y Mazmorras. Su estilo musical se notaba muy influenciado por bandas como Rhapsody of Fire o Stratovarius, quizá demasiado, ya que por desgracia no aportan nada nuevo: su sonido, su estilo y sus composiciones en general no destacan por su originalidad. Aun así, les queda mucha trayectoria por delante y tienen tiempo para demostrar su valía.

Los suecos tocaron aproximadamente media hora y no les faltó energía y carisma, pero desafortunadamente el sonido no acompañó. La parte instrumental resonaba del todo ininteligible, la batería daba la sensación de no estar siquiera amplificada y las guitarras ensuciaban más que otra cosa, haciendo que lo único que se oyera realmente bien fuera la voz. Una pena.

Llegó el turno de Accept y ¡menudo cambio! El sonido que proyectaron los alemanes nos sacudió a todos desde el primer golpe de batería en “Stampede” y la banda salió al escenario como un huracán, demostrando que no son para nada unos carcamales a los que la edad les ha jugado una mala pasada. Wolf Hoffman hizo alarde de un carisma y una técnica como showman envidiables, junto a un Mike Tornillo en plenas facultades de su voz. Las canciones desgarradoras arrancaban los gritos de un público cada vez más animado a cantar, especialmente esos solos tan característicos y melódicos que levantan a cualquiera. El set list no podía estar mejor elegido pues tocaron canciones emblemáticas como “Princess of the Dawn”, “Metal Heart”, “Fast as a shark” y “Balls to the Wall” que ponía la guinda a un espectáculo de diez.

Y por fin salió al escenario la máquina de guerra sueca. Sabaton no dejó pasar la oportunidad de tocar en un recinto tan grande y sacó toda su parafernalia. Desde un tanque sobre el que tocaba el batería a unos soldados que fingían limpiar el escenario de minas. Sonaba la intro y enseguida se oyó la voz de Joakim Broden anunciando el tema con el que siempre abren sus conciertos: “Ghost Division”.

Debo decir que no fue el mejor concierto que les he visto a los suecos. El sonido nuevamente dejaba mucho que desear al menos en las primeras filas. La batería se presentaba muy lejana privando de fuerza a la mayoría de los temas. La puesta en escena fue más elaborada que de costumbre. Una pantalla gigante acompañaba el concierto con las letras de las canciones, algo que en principio puede parecer buena idea, pero más bien desviaba demasiado la atención del público. Sonó “Sparta”, primera canción de su último disco y adornaron el escenario con tres tipos vestidos de espartanos, recordando a lo mismo que hacen Amon Amarth con los vikingos.

El concierto se desarrolló con un set list algo flojo y poco arriesgado. Si bien es cierto que nos regalaron momentos muy especiales como “The Final Solution” en acústico, en general escogieron canciones demasiado parecidas entre ellas, echando en falta temas cañeros del estilo de “Screaming Eagles” o “Panzer Battalion” que aportasen más dinámica al bolo.

Aprovecharon para introducir a su nuevo guitarrista, Tommy Johansson, que tras la salida de Thobbe Englund se ha hecho cargo de las seis cuerdas y puedo decir que ha dado la talla. El concierto llegó a su clímax con “Night Witches”, seguida de la emblemática “Primo Victoria”, (canción a la que deben su fama y que nos hizo saltar a todos como locos) poniendo el broche final con la pegadiza “To Hell and Back”.

En definitiva, el pasado sábado fue una noche de heavy metal con ciertos altibajos, unos Twilight Force indiferentes, unos arrolladores Accept y unos Sabaton que rebajaron un poco esa potencia a la que nos tienen acostumbrados.

Pablo Merchante Corral

Fotografía: Marta Cruz Álvarez.

Publicado en diciembre 2016

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