Suede

Una vuelta al Glam Rock de los 90

Festival SOS 4.8 de Murcia, 7 de mayo de 2011.

Como bien dicen: no es oro todo lo que reluce, y esto bien se puede aplicar a muchos conciertos del festival SOS 4.8 de Murcia de este año. La mayoría de los asistentes fue con la intención de ver a los grupos cabeza de cartel como Editors, MGMT o Yann Tiersen. No tuvieron mal directo pero no consiguieron conectar tanto con el público como el grupo clásico de los 90: Suede. Llevaban sin actuar aproximadamente desde 2003 aquí en España debido a la separación de los componentes y esa noche se subieron al escenario con todas las fuerzas retomadas de sus mejores tiempos de conciertos.

Esta banda de rock británica se formó en 1989 y poco a poco fue adquiriendo éxito a través de su música con una idea glamurosa del pop, un arrogante guitarreo y una representación sexualmente ambigua de los componentes. Brett Anderson y compañía consiguieron llenar los conciertos y vender sus discos en los 90’ pero fueron arrollados por los nuevos grupos del brit pop, mucho más populistas que Suede. No obstante, sobrevivieron a esa oleada y continuaron diez años más con una brillante carrera discográfica.

Toda esa experiencia se reflejó otra vez, ocho años más tarde de su retiro, en el escenario Estrella Levante del SOS 4.8, interpretando una recopilación de sus grandes temas, entre ellos Beautiful Ones, She’s in Fashion o Animal Nitrate. La voz melodramática de Brett Anderson entonó todas las canciones con la misma maestría de siempre y utilizó trucos escénicos subiéndose a monitores, haciendo espasmódicos pasos de baile, acercándose al público cogiéndoles de la mano y consiguiendo que todos participáramos en sus canciones. Logró que nos sintiéramos en los 80’ de David Bowie cuando Brett cantó Trash y el público respondió el estribillo a modo de himno. Todo ello contando con un gran equipo de imagen y sonido acorde a la impresionante música que interpretaban.

Con un cálido Adiós España se despidió, no sin antes haber tocado By the sea para todo su público que quedó fascinado por el gran vitalismo y fuerza que aún sigue teniendo este gran clásico de los 90.

María Elena Cuenca Rodríguez

Artículo publicado originalmente en Jugar con fuego. Revista de musicología