This is along one, but a good one
This is a long one, but a good one
Perder canciones
Hay cosas que con algo de fortuna hacemos una única y definitiva vez en la vida. Cambiar de siglo es una de esas cosas, y a nosotros, romántica juventud de las máquinas, nos tocó no sólo eso sino también permutar un milenio por otro. Cosa imponderable, diríamos.
A mí me hubiese gustado haber entrado en el siglo XXI de la mano de la música de The Divine Comedy. En verdad, y me cuesta, juro que me cuesta reconocerlo tan tarde, casi un lustro después, sólo me di cuenta de los años noventa del grupo de Neil Hannon un 17 de junio de 2007, hará ahora por lo tanto unos redondos cinco años. El concierto tuvo lugar en la Plaza Mayor de Salamanca, en el marco del III Festival Internacional de Artes de Castilla y León, en una de esas noches cálidas en que da gusto ensuciar los pies.
Podría decir que aquella noche Neil Hannon y sus rigurosos músicos bombearon algunos de los temas más icónicos de su extensa y cuidada discografía: “Diva lady”, “A lady of a certain age”, “Generation Sex”, “National Express”, “Something for the weekend”, “Becoming more like Alfie”, “Tonight we fly”, “Our mutual friend”, “Sunrise” (impresionante remate), más o menos en este orden, elegante repaso de una trayectoria iniciada en un ya lejano año de 1990 con el mientras tanto descartado Fanfare for the Comic Muse y continuada con títulos que merece la pena recordar: Liberation (1993), Promenade (1994), Casanova (1996), A Short Album About Love (1997), Fin de siècle (1998), Regeneration (2001), Absent Friends (2004), Victory for the Comic Muse (2006) y Bang Goes the Knighthood (2010), sin olvidar EP’s remarcables como Timewatch (1991), Europop (1992), o la indispensable suma compilatoria A Secret History The Best of The Divine Comedy (1999). En fin, podría igualmente reproducir algunas de las sensaciones de esa noche, todas ellas favorables, casi entrañables, el entorno monumental de la Plaza Mayor de Europa o del Mundo, el caballerismo y la refinada ironía del muy hablador y menudo Neil Hannon, la defensa insistente del disco más reciente, Victory for , redundando posiblemente en efímeros desencuentros con un público vibrante y dominantemente entregado al espectáculo. Podría rememorar muchísimas cosas, ya que el recuerdo de esa noche es sorprendentemente fresco aún. Sin embargo, y no sabré explicar por qué, lo que retuve de forma más profunda fue la presentación de “A lady of a certain age”, cuando Mr. Neil Hannon dijo aquello de “This is a long one, but a good one”. Jamás había escuchado la canción (eso creo) y en los meses siguientes fue quizás el tema que más gasté en mis headphones. De paseo, corriendo, en la playa, en la montaña, hablé mucho y variado de esta canción, y en algún momento que no podré precisar supe que empezaba a perderla. Quién sabe si no la perdí ganándola esa misma noche en Salamanca, un 17 de junio de 2007.
Empiezo a darme cuenta de la imprudencia de uno para lamentarse o incluso recriminarse determinadas cosas. Lamento no haber intentado ser ciclista profesional, no haber leído a Leopoldo María Panero o a Wallace Stevens antes de los veinte y un años, y también lamento el hecho de no haberme dejado cautivar por la música de The Divine Comedy a principios de los noventa, cuando poblaba mis oídos con la britpop entonces de moda, Blur, Oasis, Supergrass, Pulp, Suede, Manic Street Preachers y un larguísimo etcétera. La verdad es que sí los escuché, conocí canciones, supe de sus no pocos conciertos en Portugal, pero aquél entonces ya lo dijo Roland Barthes mi cuerpo tenía otras ideas, casi todas distintas de las mismas, y bueno, estas cosas sólo se hacen tan claras muchos demasiados años más tarde. Sí, hubiese sido bonito despedir el siglo XX con “The certainty of chance”, una de esas canciones que algún día, sin saberlo, tuvimos a nuestro lado.
Ya concluyo. El pasado día 30 de abril se publicó la reunión de las letras-poemas de las canciones de Neil Hannon, The Lyrics of Neil Hannon, en una edición de The Lyric Book Company. Compradlo, pedidlo prestado, y cantadlo en el silencio más íntimo y nostálgico de vuestras noches. En éste o en otro siglo, ya da igual. A veces parece que la música del genio norirlandés reverbera de un lugar ausente de tiempo, que no del tiempo.
Hugo Milhanas Machado
Foto tomada de The Divine Comedy (Página oficial)