Los estribillos de la mirada
Los estribillos de la mirada
Perder canciones
Que la temporada ya va curvando los saltos y esquinas de un invierno más, letras y frases fondistas para continuar y divertir el frío, muros lentos, así son las naves para las travesías, así embarcamos hacia otro viaje, números nuevos, y dices que el año 2016 asemeja un muelle así como indefinido o incluso imposible desde la orilla, que es un retrovisor o más bien una calle ya casi vacía o para siempre vacía y despejada de caminantes, que todos se han marchado y se han desenchufado ya las máquinas y los aparatos cantantes, y dices también que tras las fiestas, músicas llenas, beberás a la salud de los ausentes, cheers, ahí va, los grandes guerreros se han marchado a acudir a los cánticos más tremendos y aun así muy distantes de escuchar puesto que no son de escuchar ni siquiera de seguir las canciones que ahora están cantando, que subieron a presentarse al grandioso bolo en el cielo, escribieron un día, que pongan las canciones, dices, que pongan otra vez los temas de los campeones y bajen ante nosotros sus pequeños universos, mínimas astronomías, que pongan y pongan las canciones y saquen a lucir sus danzas y corazonadas, el señor de lentejuelas que bajaba de las estrellas a visitarnos con sus melodías y rutas galácticas mientras te guiñaba el ojo, sus amigos de las guitarras extrañas y nombres muy raros, lluvias moradas casi siempre fuera de tiempo y mil tonos al lado, el de la voz muy honda y así como submarina y sureña como ya del otro lado de la oscuridad, que baje el señor de diciembre y de las celebraciones navideñas y de muchas otras y diferentes playas, que bajen, salgan una vez última a cantar, que por aquí seguiremos, un poco más solos y desencantados, otras veces todo lo contrario, puede ser, pero como siempre perdiendo canciones.
Gracias, chavales.
Hugo Milhanas Machado
Fotografía: Ana Sánchez Juan.