Buy apples
Buy apples
“Unemployed: Buy apples”, éstas eran las palabras que se leían en cada rincón del Nueva York convaleciente de los años 30. Y es que los parados, antes que sucumbir al crack, optaron por llenar la ciudad de manzanas. Frescas y sabrosas manzanas a cinco centavos la pieza. Se ocupaba así a los desocupados, a empresarios que se encargaban de su gestión, a la caridad de los viandantes –siempre muy necesitada en tiempos de crisis– y a las mismas manzanas, que de otra manera habrían sido abandonadas en tristes sacos tras el superávit de 1930.
Hoy, abril de 2012, inquietantes noticias nunca suficientemente atendidas constituyen el pan de cada día. La situación incierta del Ciclo de Lied tras la retirada de la financiación de la Fundación Caja Madrid –salvado in-extremis–, y desgraciadamente la pérdida definitiva del de Cámara, ERES y retenciones de salario en el Liceo de Barcelona y en Teatro Real, cantantes y bailarines, estudiantes y profesores que se ven obligados a sembrar su futuro fuera de España… Recortes en cultura, más recortes en educación.
Con todo, aquí estamos nosotros, insistiendo, tentando, exponiéndonos. Decía Julio Camba del ya mencionado fenómeno neoyorquino: “Como no podían comprar manzanas, se les dedicó a venderlas”. Y ése será nuestro afán a partir de ahora: el de crear para abrir boca, construir fuentes, castillos y mostradores –aunque sea en el aire–, caminar en pantuflas sobre agradables locus
amoenus, llenar la ciudad de manzanas y revistas. Aunque hoy nos encontremos ante un periodo seguramente difícil, que no nos quepa la menor duda de que existen los medios y el excedente para fabricar nuestro propio ático al sol.
Por eso, hoy, de nuevo,
Buy apples