A lo largo de su vida, el pianista ruso y profesor del Conservatorio de Moscú, Heinrich Neuhaus, estuvo consumido por una sed insaciable de conocimiento. Para Neuhaus, la cumbre de todo conocimiento estaba sintetizada en la música de Beethoven. Según Neuhaus este atributo hizo que la interpretación de la música de Beethoven fuese una hazaña necesaria pero inalcanzable para estudiantes de conservatorio, así como la piedra de toque final para un pianista profesional.

Este artículo analizará lo que Neuhaus entendía como definición de conocimiento y cómo esto se relaciona con la emoción. La definición que deriva de esta discusión proporcionará un territorio y un lenguaje para explorar las cualidades específicas del conocimiento y la emoción que Neuhaus identificaba como las fuerzas principales en el centro de la Sonata para Piano en La bemol Mayor Opus 110 de Beethoven, y cómo afectan a las decisiones de Neuhaus como pianista-intérprete.

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Maria Razumovskaya