Contrastes musicales
Contrastes musicales
Schubert y Mahler en el ADDA
F. Schubert, Sinfonía nº 5 en si bemol mayor. G. Mahler, Sinfonía nº 1 en re mayor, “Titán”. Jonathan Nott (dir.). Orquesta de la Suisse-Romande. Auditorio de la Diputación de Alicante, 3 de febrero de 2017.
Cualquier estadio o momento de la historia siempre puede ser visualizado desde la perspectiva del cambio. Se produce una alteración en el pensamiento filosófico, el sistema político, religioso, y por supuesto en el artístico. La música ha ido acompañando a todas estas transformaciones y acoplándose al momento en el que ocurren. Uno de estos cambios es la noción de sinfonía, tanto desde su visión más analítica hasta la propia concepción del compositor de lo que debe ser escribir una obra de este género. El 3 de febrero en el ADDA de Alicante pudimos disfrutar de dos obras pertenecientes a diferentes puntos de vista, y la mezcla por suerte resultó ser muy satisfactoria.
En la primera parte del concierto la orquesta de la Suisse-Romande interpretó la Quinta sinfonía de Schubert. Y Schubert adquiere en esta obra la definición más simple y hereditaria del clasicismo de lo que podría ser una sinfonía. De hecho, este trabajo, compuesto con 19 años y estrenado en octubre de 1847 (trece años después de la muerte del compositor), ha sido calificado en varias ocasiones como un “homenaje a Mozart”, sobre todo debido a su simpleza y claridad. Y todas las características que hemos resaltado de esta obra son las que la orquesta consiguió transmitir al público, permitiendo que fuera disfrutada por todos los asistentes al concierto gracias a una interpretación realmente buena, que radiaba sencillez en todo momento.
Sin embargo, de la misma manera que hemos resaltado la naturalizad y la supuesta “facilidad” que llevaba consigo la obra de Schubert, se esperaba que la orquesta lograra “cambiar el chip” al enfrentarnos a la segunda parte del concierto: la Primera Sinfonía de Mahler, “Titán”, estrenada en Budapest en 1889 bajo la batuta del propio compositor. Bastan solamente unas palabras del propio Mahler en una carta a su amiga Natalie Bauer-Lechner para confirmarnos este cambio de pensamiento sobre el concepto de sinfonía:
Yo entiendo por sinfonía la construcción de un mundo a través de todos los medios y recursos disponibles de que me puedo valer.1
Y de la misma manera que hemos hablado de la perfección en base a la simplicidad que resultó de la interpretación de la obra de Schubert, la orquesta supo mantener el tipo a la hora de enfrentarse a esta titánica obra, superando con mucho a su anterior escucha en el Auditorio de Alicante, que corrió a cargo de la orquesta de la BBC hace un par de años. Resalto su tercer movimiento, conocido por incluir una versión de Frère Jacques interrumpida por un tema con toques judíos, en el cual se pudo comprobar el contraste entre la parte más fúnebre con la más festiva, todo ello sin caer en los excesos a veces interpretados en la parte animada del movimiento (como se pudo comprobar en la versión antes mencionada de la Orquesta de la BBC).
De Jonathan Nott poco se puede decir que no sea bueno. Más allá del gusto personal que se pueda tener sobre tu técnica y de mencionar que interpretó las dos obras sin tener delante ninguna partitura, mencionar que sus gestos en ocasiones excesivos fueron acompañados de una orquesta totalmente precisa, sincronizada a la hora de entrar en los puntos más conflictivos de las sinfonías, y sin siquiera rozar la estridencia en los puntos climáticos, especialmente en la sinfonía de Mahler.
En conclusión, la Suisse-Romande junto a Nott dejaron en Alicante uno de los mejores conciertos que hemos disfrutado esta temporada, ofreciendo un menú basado en la variedad y la corrección que provocó una gran ovación en el público asistente. El próximo evento también promete una buena dosis de variedad, pues volvemos a tener entre nosotros a Schubert, pero esta vez acompañado de otro titán como Wagner. Nos vemos en la próxima cita.
Daniel Lloret Andreo
1 Más información en Adorno, Theodor. Mahler. Barcelona, Ed. Península, 2002.
Fotografía: www.alicanteturismo.com
Publicado en diciembre 2016