Joven talento musical. Presentación de la Orquesta Sinfónica Bankia
Joven talento musical
Presentación de la Orquesta Sinfónica Bankia
F. Mendelssohn, Obertura de Las Hébridas; F. Schubert, Sinfonía “Incompleta”; L. V. Beethoven, Sinfonía nº 7. José Sanchís (dir.). Orquesta Sinfónica de Bankia. Teatro Monumental de Madrid, 21 de noviembre de 2015.
Mañana tranquila de sábado en Madrid, aún soleada a pesar de acercarnos al invierno. Sorprende una larga cola para entrar en el Teatro Monumental, más sabiendo que no hay concierto de la orquesta de RTVE. La que se presenta en Madrid es una orquesta de jóvenes, desconocida, creada recientemente por uno de las entidades bancarias madrileñas. Tiene el poco atractivo nombre de Orquesta Sinfónica Bankia. Tal vez sea porque en España estamos poco acostumbrados a que organizaciones privadas cedan su dinero a eventos culturales. Muchas cosas han sucedido en nuestro país en los últimos años. La fuerte crisis económica se ha cebado con los elementos más débiles, los que aparentemente no tenían un interés puramente mercantilista, como la cultura. El caso de la música aún ha sido más intenso. Nos congratula una iniciativa de este tipo, que además se anuncia como “un apoyo a la juventud y el empleo, con el objetivo de dar una oportunidad laboral a jóvenes talentos de la música”.
Sin duda el mayor drama de esta situación ha sido el desperdicio de talento. Los que trabajamos con gente joven convivimos con sus enormes dificultades para abrirse camino en un mundo laboral lleno de inquietudes y precariedades. El caso de los músicos es un buen ejemplo: muchos años de intensa formación y dedicación con unos resultados excelentes. Así no nos debería sorprender en esta nueva orquesta su limpio sonido y precisión técnica. Nada que envidiar a otras orquestas profesionales, y no hablo solo de España. A esto hay que añadir el entusiasmo por tocar y hacer repertorio. Como saben la mayoría de los directores, una orquesta de jóvenes es siempre un valor añadido: la emoción de hacer música en un ambiente muy diferente de las orquestas ancladas en sus ciclos de abono y sus ensayos semanales. Así lo han disfrutado maestros como Abbado con su Gustav Mahler Jugendorchester, Barenboim con la West-Easter Divan o Riccardo Muti con sus “chicos de la Cherubini”. Desde un ámbito más modesto esta nueva orquesta plantea un itinerario profesional cubriendo un hueco en la transición hacia la vida adulta de nuestros jóvenes músicos.
El concierto, de repertorio estrictamente clásico, resultó de una extraordinaria calidad musical e interpretativa. Al frente estaba José Sanchís, un joven director valenciano que hace pocas semanas nos sorprendía en su debut en el Teatro de la Zarzuela con Galanteos en Venecia de Barbieri. Su gesto elegante y preciso no renuncia a llenar de emoción la música interpretada. La séptima de Beethoven está llena de energía y ritmo. Nada mejor que gente joven para entrar en esa apoteosis de la danza que es el movimiento inicial o la fuerza cósmica del final. Antes hemos podido disfrutar de unas coloristas Hébridas de Mendelssohn y una hermosa Sinfonía nº 8 “Incompleta” de Schubert.
Uno sale con una sensación agridulce. Las desparecidas Cajas de Ahorro han simbolizado los muchos problemas éticos y estructurales que estallaron en la crisis económica. Y no hablo solo de economía. Todos echamos mucho de menos el programa musical que apoyaba la Fundación Caja Madrid. En su momento se organizaron unos majestuosos conciertos con las mejores orquestas del mundo celebrando el Día del Ahorro. El proyecto actual parece más modesto, pero sin duda tiene mayor calado y recorrido. No busca un concierto de relumbrón al que acude corriendo toda la crítica, sino un concierto que ofrece una inserción laboral profesional de gente joven muy preparada; una música que se ha construido desde la formación inicial en nuestro país. Y los resultados son realmente excelentes. Esperemos que no sea un simple espejismo, y que la cultura musical resurja como un ave fénix. No de las cenizas, sino de esta generación joven sobradamente capacitada.
Víctor Sánchez Sánchez
Publicado en diciembre 2015