Baauer, Planet’s Mad

Crítica
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A veces sí, a veces no: Baauer

Discóbolos

Baauer, PLANET’S MAD, Luckyme, junio de 2020

PLANET’S MAD es el nuevo proyecto de Harry Bauer Rodrigues: Baauer. El Dj y productor americano se dio a conocer al mundo con “Harlem Shake”, uno de los temas más virales de la década pasada gracias al reto que le acompañó en redes.
Tras Aa (2016), un encaminado proyecto que trataba de recuperar la reputación de un artista marcado por la viralización, Baauer parece haber tomado conciencia de las nuevas tendencias que se consolidan poco a poco en el mundo de la música electrónica. Con ellas, en este proyecto pretende mandar un mensaje a sus oyentes sobre la decadencia del planeta tierra.
“PLANCK”, primer tema del disco, crea una atmósfera introductoria durante los primeros compases que culmina con una base de sintetizadores mezclada con sonidos de trap y glitch-hop, coros y líneas melódicas. Todo ello camina hacia una epicidad traída por los sintetizadores graves y la entrada de un bombo que nos lleva a una electrónica más próxima al sonido de club. Ciertos giros sonoros recuerdan el trabajo de Nicolas Jaar en A.A.L 2017-2019. Finalmente, el recargado ambiente se desvanece hacia los últimos minutos con la aparición de unos coros. Sobre una sección de bajos, los coros sampleados dan un toque pop al tema, que presenta un estilo ligeramente psicodélico gracias a su variedad de influencias.

“PLANET’S MAD” tiene una diferencia significativa con “PLANCK” en cuanto a agresividad: los primeros pulsos de la canción, tras un sampleado de guitarras y un ritmo frenético, nos conducen al clímax demasiado pronto. Aquí se escucha una mezcla entre sonidos industriales y sintetizadores, acompañados por un downbeat penetrante y profundo. Estos sonidos de sintetizadores quizá no se adecúan a la estética más actual, y la elección del color sonoro de los teclados resulta algo desfasada. Dicho esto, el cierre a partir del minuto 2:15 muestra una textura muy bien compuesta gracias a la elección de los samples. A pesar de sus virtudes, en este tema falta dirección y organicidad: introduce demasiadas secciones en menos de tres minutos sin conseguir que sea el propio juego de contrastes el que guíe el desarrollo musical.

“MAGIC” se inicia con una interesante dualidad entre el coro y el bombo, con ritmos irregulares y fuera de pulso, para posteriormente desarrollar un diálogo entre la rítmica agresiva y la línea melódica creada por el sampler de cuerdas. Contiene materiales musicales que se encuentran en los temas anteriores y amplifica toda su energía rítmica con glitches y sonidos granulados. Es un tema estructuralmente singular, con una sección en la que la actividad se suspende para recuperar poco a poco los materiales temáticos expuestos e insistir en los sonidos contrastantes. Con una interesante propuesta sonora, “MAGIC” nos hace preguntarnos qué habría pasado si Baauer hubiera apostado más por la exploración de sonidos poco convencionales.

Si hasta ahora Baauer nos ofrecía una gama de sonidos epopéyicos, “YEHOO” toma un camino demasiado diferente como para poder ser asociada al proyecto general: es un tema bailable pero monótono, construido con unos simples acordes de steel drum que lidian con una base de percusión tribal poco convincente, a la que se suma una flauta y una especie de silbato que quedan fuera de lugar. Su parte melódica no es muy disfrutable y se pierde en un mar de repeticiones de escaso interés. Es una canción que nos deja un sabor quizás decepcionante tras lo bien cimentados que están los primeros temas del álbum, y que rompe con la curiosidad que había generado “MAGIC”.

“PIZZAWALA” recupera la temática sonora predominante con dúos entre voz y ritmo agresivo, mientras suena de fondo un pulso constante de voz sampleada. Aquí cabe destacar la parte rítmica que suena en capas inferiores de la textura, con sonidos de percusión étnica (en consonancia con la sonoridad del sampler vocal) mezclados con la caja de ritmos. El juego entre los samples y la sección rítmica es interesante, aunque, de nuevo –y tal vez sea sólo por el efecto distractor de “MAGIC”–, cuesta ver exactamente en qué dirección pretendía moverse Baauer.

A continuación, “REACHUPDONTSTOP” ofrece una fusión entre sonidos de techno, house y EDM. Crea la tensión en el estilo del EDM más típico, para después fusionar varios elementos propios del techno, galvanizado con los acordes de house/dance del minuto 1:00. De nuevo, en la capacidad de Baauer para reunir influencias vemos a un productor solvente y creativo, pero que no consigue desatar todo su potencial de forma consistente a lo largo del proyecto. Hacia el final del tema, encontramos otra vez una ligera pérdida de dirección.

“HOT 44” sigue la estela de su precedente y propone en los primeros compases una crecida marcada por ritmos de drum and bass, seguida de un estribillo que nos devuelve al techno distorsionado y potente. De lo mejor que nos ofrece es el puente ambiental y etéreo de la mitad del tema, y todo lo que sucede posteriormente. Si algunos temas anteriores resultaban monótonos, aquí Baauer utiliza el puente como una manera de explorar la vuelta al estribillo, con baterías agresivas al más puro estilo Chemical Brothers. Tras generar tensión, mediante un buen beatdrop, nos deja caer de nuevo en el techno duro e industrializado, en uno de los mejores temas del proyecto. Más que con ninguno de los temas anteriores, con “HOT 44” Baauer nos lleva a una buena pista de baile, y se lo agradecemos.

“AETHER”, por el contrario, tiene un carácter mucho más melódico, aunque siempre dominado por el ritmo. Suena de nuevo el drum and bass acompañado de acordes agresivos y líneas melódicas de sintetizador cargadas de energía. Una vez más, Baauer maneja bien los aumentos de tensión y sabe cuándo dejarnos caer en nuevas secciones rítmicas. Mientras que en “PLANET’S MAD” el juego de contrastes no conseguía surtir su efecto, “AETHER” atrae nuestro interés con una sonoridad fuera de lo habitual.

Llegados a este punto debemos preguntarnos: ¿qué quiere mostrar Baauer con PLANET’S MAD? Muchas cosas en la superficie, y alguna menos en la base del proyecto. Los temas que quedan muestran tendencias similares a los anteriores: capacidad de traer multitud de influencias a la construcción de la sonoridad, secciones rítmicas interesantes y la búsqueda de contrastes estilísticos, rítmicos y estructurales, que no siempre consigue surtir efecto. Nos esperan momentos buenos y llamativos en “COOL ONE SEVEN ONE”, decepciones en “REMINA” y un giro hacia el pop electrónico que no encaja del todo en el proyecto en “HOME”. “GRUOP” es un cierre correcto, estructuralmente interesante, con unos llamativos bajos y un uso inteligente de los samples, pero que tal vez rebaja demasiado la tensión, dejándonos con un sabor de boca extraño.

PLANET’S MAD contiene un alto grado de fusiones estilísticas (ahora todo aunado bajo el género deconstructed club), desde el house hasta el drum and bass, pasando por techno, glitch-hop, pop electrónico y el EDM; todo ello puesto en un proyecto que, a pesar de cierta solidez, no consigue convencer. A veces ciertos temas difuminan la idea general del álbum, y si bien se nos presentan tres o cuatro canciones seguidas con una misma línea argumental, otras cortan por completo la organicidad del proyecto. Por otro lado, teniendo en cuenta la premisa ecologista del álbum, se echa de menos un carácter más serio y contundente. PLANET’S MAD es un buen disco, disfrutable y enérgico, una propuesta con momentos llamativos, pero que no termina de cuajar. Ojalá ver a Baauer dar forma al potencial que demuestra en este álbum en sus proyectos futuros.

 

Guillermo Masiá y Livia Camprubí

Fotografía de Livia Camprubí

Publicado en noviembre 2020

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