De la deshumanización a la rehumanización
De la deshumanización a la rehumanización (o el eterno retorno)
lo supieron los arduos alumnos de Pitágoras
J.L.Borges
Orquesta y Coro Nacionales de España. J. Strauss: Kaiser-Walzer, P. Hindemith: Symphonic Metamorphosis of Themes by Carl Maria von Weber, F. J. Haydn: Preludio de Die Schöpfung, K. Weill: Die sieben Todsünden. ONE (dir.: Lawrence Foster), Ute Lemper y Die Singphoniker. Diálogos. Ciclo III Concierto 15. Auditorio Nacional. 8, 9 y 10 de marzo de 2013.
Diálogos. Puede parecer un recurso más o menos ingenioso y más o menos efectivo plantear la temporada 2013 de la Orquesta y Coro Nacionales de España en términos dialécticos, creando un juego de opuestos, en ocasiones, desconcertante. Y es que cada concierto del presente ciclo de la OCNE invita a los concurrentes a encontrar la solución de un acertijo: el origen de una supuesta controversia. Sin entrar en valoraciones generalizadoras, lo cierto es que esporádicamente puede ser interesante entrar en el juego y dejarse llevar por la aventura semiológica.
En apariencia, el 8, 9 y 10 de marzo en la sala sinfónica del Auditorio Nacional, eran dos espacios, dos grandes focos de creación la Viena finisecular del Imperio y el Berlín de los años de Weimar los dos contendientes. Los encargados de representar el litigio fueron una convincente Orquesta Nacional dirigida por Lawrence Foster con Ute Lemper y el cuarteto vocal Die Singphoniker como invitados de lujo. Sin embargo, llegó más lejos el enfrentamiento; se antoja que, tras la reunión de la frivolidad de la opereta y los valses del mundo de Francisco José con una acidísima cantata que expone la cara más fea de una sociedad deshumanizada, se escondía la síntesis de la marcha circular de la humanidad: el ciclo de la creación y el derrumbe, el eterno retorno nietzscheano.
A modo de obertura, el Vals del Emperador se convierte en un símbolo del ocaso de una sociedad agonizante, moribunda. Pero tras la destrucción deviene la reconstrucción, o la transmutación de referencias ovidianas (y no kafkianas, creemos) que propone Hindemith testigo directo de una hecatombe no pagana, precisamente en las Metamorfosis sinfónicas sobre temas de Carl Maria von Weber, página orquestal en cuatro movimientos que retorna a la obra del romántico alemán desde el filtro de un personal neoclasicismo. La segunda parte invirtió el orden de los factores, y al rayo deslumbrante del preludio de La Creación le sucedió un retrato satírico del derrumbamiento de una sociedad rendida a las tentaciones del mundo moderno en Los Siete pecados capitales. El último trabajo de Weill y Brecht contó con una Ute Lemper en el papel de Anna que, textualmente, se comió el escenario (enfriado repentinamente por la tercera invitada: la amplificación).
Muy cercana, pavorosamente, suena la obra que cerró el concierto. El fatum dispone que, al igual que en los años treinta tras el desgaste de la iconoclasia vanguardista, actualmente a la creación le toca reconciliarse con su tiempo: rehumanizarse, en un capítulo más de otro ciclo eterno e inherente al discurso artístico y humano.
Juan Carlos Justiniano López
Imagen procedente de http://habitacionpropia17.blogspot.com.es/2010/12/el-tiempo-circular.html