La iconografía musical del poder durante el siglo XVII en España y sus territorios

Crítica
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La iconografía musical del poder durante el siglo XVII en España y sus territorios

Símbolos musicales del poder y el buen gobierno durante el reinado de los Austrias menores

The Musical Iconography of Power in Seventeenth-Century Spain and Her Territories, Sara González Castrejón, Pickering & Chatto Publishers,. 2013. ISBN: 978-1-84893-389-7.

El séptimo volumen de la colección dedicada a la cultura popular y política a comienzos de la Edad Moderna, publicada por la editorial Pickering & Chato, es el magnífico estudio de Sara González sobre la iconografía del poder en España durante el siglo XVII. Supone la continuación del trabajo que la autora emprendió con la tesis doctoral que defendió en la Universidad de Castilla la Mancha en 2005, en la que analizaba las metáforas musicales del Estado y del Príncipe en España durante el periodo referido.

Desde obras como la famosa Emblemata de Andrea Alciato, publicada en 1532, y otros repertorios de emblemas, la representación del Estado como un elemento ordenado y armónico ganó popularidad, incluyendo numerosas analogías musicales en el ensalzamiento del príncipe. En este trabajo Sara González estudia el origen y desarrollo de dichas analogías musicales y la iconografía vinculada a las mismas.

La difícil situación económica que vivió la administración española durante todo el siglo XVII y los diversos conflictos externos e internos en los que se vio envuelto el reino provocaron un periodo de crisis en el que el papel de la Corona y la autoridad del rey se hallaron en el foco de un amplio debate. En este contexto, los panegiristas reales revisaron el modelo de realeza promovido por Felipe II, basado en la figura de un monarca poderoso que gobierna de forma autónoma, controlando el destino de sus súbditos. Paulatinamente se impondrá una representación del príncipe como músico experto que sabiamente acciona las clavijas de un gran instrumento que se identifica con el estado para conseguir una placentera armonía. La deificación del príncipe, mostrado como garante de la armonía política, es una de las principales características de esta iconografía. Este tipo de representación musical del poder es especialmente relevante en un contexto en el que la visión del mundo estaba basada en la armonía cósmica, de la cual la música era la expresión natural.

La autora comienza por analizar la relación entre política y música expuesta en los escritos de diversos autores clásicos, entre los que cabría destacar a Pitágoras y Platón. La tradicional oposición entre cordófonos y aerófonos estaba siempre presente en estos escritos, que otorgaban preponderancia a los primeros, propios del dios Apolo, y por tanto vinculados a la sabiduría y la civilidad, frente a los segundos, característicos de dios Dionisos y relacionados con los sentidos y el frenesí. Tan sólo los cordófonos, entre los que la cítara y lira ocupaban un lugar arquetípico, eran instrumentos dignos de la educación musical del príncipe.

La vinculación de esa imagen de sociedad armoniosa con el orden propio del reino de Dios vino de la mano de autores cristianos como San Agustín y Santo Tomás de Aquino, cuyos escritos tuvieron una notable presencia en la configuración de la sociedad de la España del siglo XVII. De esta forma, se asimiló al príncipe con la deidad que garantiza la armonía del reino que, a su vez, se identifica con la ciudad de Dios.

El humanismo retomó esta tradición de representación del príncipe y su reino, reinterpretándolo. Sara González se centra principalmente en los escritos de Erasmus y Bodin, que proponen diferentes modelos de regencia armónica. El primero entendiendo la armonía del gobierno como el resultado de la asamblea entre el pueblo, el rey y el obispo, mientras que el segundo relaciona cada uno de los elementos del estado con un intervalo, estableciendo relaciones armónicas entre los mismos. Estos autores dieron continuidad a la analogía musical del buen gobernante y la figura del príncipe como el músico experto que tensa las cuerdas de su instrumento se vio reforzada.

En los últimos capítulos la autora repasa la iconografía y emblemática destinada a la representación de los monarcas de la casa de Austria durante el siglo XVII. Se estudian diferentes aspectos de la imagen de Felipe III, Felipe IV y Carlos II aportada por las divisas y emblemas y las alegorías musicales vinculadas a la misma.

Un estupendo y muy recomendable trabajo que nos acerca a las analogías musicales empleadas en la representación del poder y su inserción en la representación de los Austrias menores.

Gorka Rubiales Zabarte

Publicado en noviembre 2014

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