Perianes en el Auditorio Nacional, hermanos a la vez creó la suerte al Amor y a la Muerte

Crítica
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Perianes en el Auditorio Nacional, hermanos a la vez creó la suerte al Amor y a la Muerte

Perianes en el Auditorio Nacional de Madrid (Sala Sinfónica). 13-III-2021. XXVI Ciclo de Grandes Intérpretes de la Fundación Scherzo.


Hermanos a la vez creó la suerte
al Amor y a la Muerte.
[…] Nacen de aquél los bienes,
los placeres mayores
que en el mar de la vida el hombre halla;
y todos los dolores,
todo mal borra ella.


Bellísima doncella,
de dulce ver, no como
se la imagina la cobarde gente,
al tierno Amor le hace
compañía frecuente.[1]

El Amor y la Muerte, Eros y Thánatos, son hermanos según el poeta romántico italiano Leopardi. Eros, como un joven apuesto, y Thánatos, como una bella doncella, pasean entre los mortales y consuelan sus corazones con “los placeres mayores” o “borrando sus dolores”, dos personajes vinculados pero antitéticos. La muerte tiene un semblante dulce y su abrazo es el de una amante piadosa; el inicio de un largo sopor tranquilo. La figura de Thánatos aparece en un inusual aspecto femenino, orondo y benévolo, tan opuesto a la iconografía habitual de la Parca encapuchada y esquelética. La Muerte y la Doncella se confunden en un mismo personaje: el Lied de Schubert se vuelve un monólogo, el cuadro de Schiele un retrato doble de la misma figura.

Caballeros, ¿os gustaría oír un bello cuento de amor y de muerte…?[2]

El concierto que ofreció Perianes el martes 13 de abril en el Auditorio Nacional se presentaba con un programa que parecía preguntar justamente esto al público: – “¿os gustaría oír un bello cuento de amor y de muerte…? ”
Este es el inicio del mito de Tristán e Isolda y la respuesta no puede ser otra que la que añade el propio Rougemont a continuación de la cita del mito en su libro “De amor y occidente”[2]: “No habría cosa que tanto nos deleitara.”

La propuesta inicial es la Sonata No. 12 de Beethoven. Se trata de la primera del grupo de Sonatas “experimentales” (Op. 26, Op. 27 No.1 y 2). El título que tradicionalmente recibe proviene del tercer movimiento de esta, “Marcha funebre sulla morte d’un Eroe”.  En el concepto leopardiano de la existencia, hay un sentido heroico en el “sobrevivir” a la vida misma, un cierto vitalismo en todos los hombres que se sobreponen al instinto de muerte. Este héroe común y su drama es el que nos presenta Perianes en su interpretación de la sonata de Beethoven, el otro personaje es la doncellaThánatos.

La doncella es la protagonista indudable del primer movimiento, en el que, a través de las variaciones que lo conforman, el pianista onubense delinea sus rasgos. El tema es gentil y luminoso y Perianes nos deleita con un toque delicadísimo y brillante, un sonido limpio y discursivo. Las variaciones mayores son una profusión de elegancia y coquetería, la variación menorizada introduce un ambiente melancólico pero no sombrío. En especial, la quinta y última variación es una verdadera joya de filigrana: el trino brillante en la voz superior, el acompañamiento empastado de la izquierda y el cantabile increíble de la melodía nos transportan a un remanso de luz.

En el “Scherzo” abandonamos la doncella y se nos presenta al héroe que, con un toque casi marcial por el motivo rítmico marcado, nos narra con ímpetu sus vivencias, amores y desamores. El encuentro de los dos protagonistas es la marcha fúnebre del tercer movimiento en la que Thánatos acuna en su abrazo mortal al héroe. La interpretación de Perianes crea un diálogo entre estos dos personajes antitéticos: vemos la súplica del héroe en el bajo apuntillado de la marcha y su soplo de vida en los trémolos en crescendo.

La sonata se cierra con un movimiento en Rondó en el que el intérprete nos vuelve a embaucar con su filigrana y texturas aterciopeladas: los planos que se cruzan, las cascadas de semicorcheas que se entremezclan y pequeñas secciones dramáticas que se disuelven en el dulce tema del Rondó.

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
– esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
[…] Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
como contemplar en el espejo
el resurgir de un rostro muerto,
como escuchar unos labios cerrados.
Mudos, descenderemos en el remolino.[3]

Reflexionando sobre la muerte y el amor, no puedo no pensar en esta poesía de Pavese [3]. Hace años, la primera vez que la leí confundí, en mi ingenuidad adolescente, el último verso cambiándolo a “e scenderemo nel gorgo uniti” (Unidos, bajaremos en el remolino). Misma rima, apenas tres letras distintas al original “scenderemo nel gorgo muti” (Mudos, bajaremos en el remolino). En cambio, este colofón distinto transmuta totalmente el significado: la poesía de Pavese pasa a tener un impulso de gran drama y, sobre todo, de esperanza en la unificación de un amor en la muerte. Todos los recuerdos de la amada que describe el poeta se tiñen de gran intensidad y de un anhelo incontenible.

Si Chopin, al escribir su segunda sonata, hubiese podido leer a Pavese, seguramente también se quedaría con esta re-interpretación del texto. La celebérrima Sonata “Marcha fúnebre” es un canto de amor y muerte hermanados, una elegía llena de anhelos. Después del arranque agitado, las secciones líricas de Perianes son embaucadoras, el pianista estira el tempo con gran maestría y el legato de la línea melódica es puramente lírico-rossiniano, lo que transporta al espectador a una dimensión de paz. Entre los varios momentos reseñables, el Notturno del tercer movimiento fue un verdadero éxtasis: todo el público en la contemplación del mar en calma entre las dos marchas atormentadas que inician y cierran. La transición entre luz y sombra es tan orgánica en esta obra que no podemos no pensar en la imagen de la pareja Eros y Thánatos, y entre ellos, nuestro héroe que se aflige.

Pero ¿quién es nuestro héroe? Podemos remontarnos a la mitología para crearnos uno. En la tradición griega, el gran amor de Eros es Psyché, una bella princesa que lucha por recuperar el perdido afecto del dios del amor a través de unas empresas titánicas que la llevan hasta el inframundo[4]. Curiosamente, en Homero una mariposa, una Psyché, abandona los cuerpos de los mortales con su último aliento [5]. Psyché la mariposa es la personificación del alma.
No hallo mejor palabra que “mariposeante” para describir el Granados que nos ofreció Perianes: arpegios como aleteos, texturas que se superponen, bravura y velocidad. Psyché revoloteando entre el drama oscuro de la muerte y la ternura del Eros. En el Adagio central de gran lirismo, el pianista onubense se lució una vez más: el público madrileño pudo acompañar a Psyché en su viaje al inframundo y “morir de amor”, para lo que los alemanes tienen un término, Liebestod.

Volviendo a Pavese y a “Vendrá la muerte, y tendrá tus ojos”, cuando descubrí el fatídico cambio de palabras no pude más que contemplar cómo se delineaba el remolino oscuro en el que los amantes se sumergen en un silencio espeso; un vórtice tenebroso como el que inicia Funerales de Liszt. Igual a causa de esta imagen siempre tiendo a querer escuchar una introducción de los Funerailles imponente. La de Perianes no faltó de dramaticidad, pero a mi gusto necesitaba todavía un poco de negro y magenta en la paleta de colores para alcanzar la solidez necesaria. Pese a ello, la interpretación fue magnífica y, por su fluidez y frescura, la sección “Lagrimoso” en la b mayor iluminó a quien la escuchara. En la última sección, el ostinato de octavas cerró con tintes heroicos el bello cuento de amor y muerte.

El público madrileño aplaudió profusamente y no pudieron faltar las propinas. La última de ellas fue la transcripción de Liszt del “Liebestod” de Tristán e Isolda, un colofón ideal para este concierto en el que Perianes nos ha mostrado el lado más leopardiano del Thánatos-doncella y en el que preferimos dejar el poema de Pavese con su nuevo final “Scenderemo nel gorgo uniti”.

Yuriko Baba D’Agostino

Notas y referencias

[1] Giacomo Leopardi, Cantos: Amor y Muerte. Traducción: Fernando Maristany y Guasch, https://es.wikisource.org/wiki/Amor_y_Muerte_(Fernando_Maristany) (consultado el 22-04-2021)

[2] Denis De Rougemont, Amor y occidente. Traducción R. Xirau, editorial Leyenda, 1945, p. 15

[3] Cesare Pavese, Cesare Pavese – Poesías Completas. Traducción Carles José i Solsora, editorial Visor Libros, 2006

[4] Lucio Apuleyo, Las metamórfosis: o el asno de oro. Cátedra, 2006

[5] Más información sobre la simbología de la psyché en Sobre los sentidos de la palabra psyché; Pierre Grimal, Diccionario de mitología griega y romana. Paidos Ibérica, 2010; Jean Chevelier, Diccionario de los símbolos. Herder, 2000

Fotografía del cuadro La muerte y la doncella de Schiele, expuesto en el Belvedere (Viena)

Publicado en abril 2021

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